domingo, 12 de febrero de 2012

Cada vez que pienso en él me viene a la cabeza su pelo rubio, sus ojos azules y que nunca me habían gustado los chicos así. Yo siempre he sido más de moreno de ojos verdes. O marrones. O negros. Pero ¿azules? Muy fríos para mi gusto.
Los suyos no. Tiene unos ojos de color azul profundo, un azul que recuerda al mar, recuerdan al agua, al abismo. Como si al mirarlos me hundiera en ellos.
Es cariñoso, es gracioso, es simpático. Es alto, también. Y tiene una sonrisa preciosa. No sólo sonríe con los labios, sino con los ojos también. Se le forman arruguitas en la comisura. Cuando sonríe, me siento en casa.

No hay comentarios: