La culpa de que los hombres no entiendan lo horrible que es tener la regla es de los anuncios de compresas. No puedes estar feliz con los dolores y la presión constante del "¿ME HE MANCHADO?". No bailas, no sonríes, no te pones unas bragas monísimas y novísimas; no llevas una ropa preciosa y de color claro. Y si lo haces, eres gilipollas. Eso se aprende la primera vez que te cala. Ya me entendéis.
Personalmente, considero completamente imposible ser maja y simpática si te sangran los bajos.
Horrible.
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