martes, 13 de septiembre de 2011

Ella ya no es ella

De vuelta.
Ella ya no es ella, ella ya no es yo, yo ya no soy yo. He cambiado, no sé si para bien o para mal, pero sé que soy distinta. Ahora ha dejado de importarme lo que digan los demás. Antes tampoco me importaba mucho, pero ahora... voy a empezar a pensar en mí. Puede que haya sido el verano, o puede que haya sido septiembre, ese extraño mes en el que el tiempo está loco. Hoy, sin ir más lejos, veintiséis grados en la costa cantábrica. Puede que mañana granice.
Prefiero preocuparme por mi propia felicidad, me he pasado la vida intentando agradar a los que me rodean y ya estoy harta. No es que vaya a dejar de preocuparme por mis seres queridos, claro, pero ahora no serán tan prioritarios. Yo soy mi única prioridad por ahora.
Hasta hace un par de días no era más que la sombra de lo que ahora soy, o pretendo ser.
Necesito independencia, pero por desgracia, es complicado. No puedo irme de casa, y tampoco es que quiera, pero no me gusta dar explicaciones. Me siento controlada, y hay personas que reciben mis excusas a las que a veces prefiero ni mirar.