jueves, 8 de marzo de 2012

"On fire"

Me apetece correr. Correr, adonde me lleve el viento. Sin mirar atrás, sin preocuparme. Correr hasta que no pueda más y encontrarme en un lugar desconocido, donde empezar de nuevo. O donde, simplemente, dormir. Acurrucarme y dormir, con la brisa en la cara, brisa estival, caliente pero refrescante al mismo tiempo; como las tormentas eléctricas de verano que recuerdo en el pueblo metida en el salón envuelta en una manta y tirada en el suelo mirando los relámpagos por la ventana, asustada porque la casa es de madera y me habían contado historias de fuego. Aquellos días solía pensar en dragones de brillantes escamas y aliento abrasador. En chicas valientes que sabían usar un arco, en melenas al viento, en vestidos medievales de faldas desgarradas y en caballos. Pero sobre todo en dragones. Me hubiera gustado montar en dragón, volar, sobre un dragón plateado del mismo gris que recuerdo del primer caballo sobre el que monté. Las riendas eran rojas, y al agitarse parecían llamas. El primero y por ahora el último. Y aún no lo he olvidado; ni lo haré jamás. Porque nunca dejaré de pensar en dragones, en fuego, en montar sobre la plata y en libertad. Acabaré con el pelo rojo de tanto incendiar pensamientos.

Supongo que nos preocupamos tanto por el futuro que nos olvidamos del presente y al final morimos sin haber vivido.

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